jueves, 2 de agosto de 2012

Recetas checoeslovacas


Vepřo-knedlo-zelo / Carne de cerdo al horno con crema de repollo



Es una preparación de carne de cerdo al horno con una preparación de repollo y knedliky (bollos de masa de levadura  hervidos).

Se dora cebolla, ajo y trocitos de carne de cerdo, a lo que se agrega un repollo mediano cortado, 200 cm3 de agua y 400 cm3 de vinagre de alcohol. Se le agrega pimienta y comino en grano, laurel, dos cucharadas de azúcar y una de sal.

Se sirve acompañado con los knedliky. El modo modo de preparación de estos es el mismo que el de los knedliky dulces, salvo que se agrega un poco más de sal a la harina. Se forman unos bollos grandes alargados y se los cocina en agua durante 20 minutos. Luego de retirarlos se cortan en rodajas con un hilo. 


Pepinos a la checa

Se pone a hervir 500 cc de agua con 250 cc de vinagre. Se corta en julianas 1 kg de cebolla y 4 kg de pepinos verdes (que estén comenzando a blanquear) cortados en cuartos a lo largo. Cuando hierve el líquido se arroja el pepino, la cebolla, el laurel, pimienta en grano, eneldo (kopr). Por cada cucharada de sal agregar dos de azúcar. Cuando rompe el hervor nuevamente se apaga. Luego se guarda en frascos de conserva.

Recetas de Francisco (Pancho) Vonka

Kinuté Knedlíky /“ñoquis“ dulces

Masa: Se mezclan 50 gr. de levadura, 1 cucharada de azúcar, 1 cucharada de harina y 1 taza de leche tibia, y se deja levar durante unos 15 minutos en un lugar templado. Luego se vierte este preparado sobre un kilo de harina no leudante, se agrega 1 huevo, 1 pizca de sal, medio litro  de leche tibia. Se amasa lo suficiente, se cubre con un repasador y se deja leudar al doble de su volumen. 

Relleno: medio kg de ciruelas secas sin carozos, ralladura de dos limones, 1 copita de cognac, 2 cucharadas de azùcar. Se hierven las ciruelas  con poca agua  hasta ablandarlas, se cuelan, una vez frìas se les agrega la ralladura de limón, el cognac y se deja reposar.

Preparación: Se estira la masa con un palote hasta dejarla de 1 cm, se cortan cuadrados de 5 a 7 cm y se les coloca el relleno. Se cierran bien para que no se abran. Se los deja leudar un poco más en una bandeja y se los cocina durante siete minutos aproximadamente en agua hirviendo con una pizca de sal, colocando cinco o seis al mismo tiempo. Una vez que se retiran, se rocían con manteca y se espolvorean con canela y azúcar.
 Receta de Diana Derka (gracias a Dagmar Derka y Lidia Vonka de Derka)  



Ovocné kynuté knedlíky / Knedlíky dulces con frutas

Ingredience: 300g mouky, 2dl mléka, 1 vejce, 10g droždí, 2 lžíce cukru, špetka soli, ovoce (jahody, borůvky, meruňky), mák, skořice, tvaroh, stouhanka, máslo, moučkový cukr.

Postup: Do mísy nasypeme mouku, uprostřed uděláme důlek, do něj vložíme rozdrobené droždí, cukr a zalijeme trochou vlažného mléka a na teplém místě necháme nabobtnat. Po vykynutí přidáme zbytek cukru, sůl, mléko a vejce a zpracujeme tuhé nelepivé těsto, které necháme v míse asi půl hodiny kynout. Těsto rozdělíme, vyválíme na válečky, které pokrájíme na kousky. Ty hřbetem ruky zploštíme, poklademe omytým a dobře osušeným ovocem a tvoříme kulaté knedlíky. Vkládáme do vařící, mírně osolené vody a vaříme ve větším kastrole tak, aby volně plavaly. Po chvíli je vařečkou obrátíme. Vaříme 8 - 10 minut. Po vyjmutí z vody knedlíky propíchneme vidličkou. Knedlíky můžeme posypat moučkovým cukrem a polít rozpuštěným máslem, nebo posypeme mákem, skořicí nebo opečenou strouhankou. Navrch můžeme dát také tvaroh (Receta de Ratka Polackova)

Una Receta de cocina de Lidia 
Vonka de Derka, año 1946 


Vanoĉka / Trenza de Navidad




Vanocka es la trenza de navidad que hacia mi abuela, se hace con 9 cordones: los primeros 4 están en la base y significan el sol, el agua, el aire y la tierra. Los tres cordones del medio significan la razón, el sentimiento y la voluntad. Los dos cordones restantes que se ponen arriba de los otros siete, significan el amor y la sabiduría. Esta tradición protege de todo lo negativo, y se hacía una por cada habitante de la casa. Mi abuela decía que las recetas checas siempre tienen levadura y que así rendían más, las familias eran grandes, vivían juntos (Diana Derka). 

Ingredientes: 200 gr de manteca derretida, 1 kg de harina no leudante, 150 gr. de azúcar, 4 yemas, 40 gr. de levadura de cerveza, 150 gr. de pasas de uva (o fruta seca, o abrillantada), 1 pizca de sal, ralladura de de limón, 1 taza de leche, nueces o almendras picadas en láminas finitas.

Preparación: como en todas las recetas checas, se hace en primer lugar el preparado de levadura para lo cual se entibia la leche en un recipiente, se le agrega la levadura disuelta fuera del fuego, dos cucharadas de harina,  una de azúcar y se espera que leude. Luego se lo vierte sobre la harina, se agrega el azúcar, las yemas, la manteca, la ralladura de limón, las pasas de uva y otras frutas y ralladura de limón. Se amasa, se cubre y se deja reposar hasta que duplique su volumen. Se divide en 9 partes y se hacen cordones que luego se trenzan.  Cuatro cordones trenzados van en la base, luego tres y dos encima. Se pinta con huevo batido y se decora. Se lo deja leudar una hora más y se cocina en el horno.
Receta de Lidia Vonka de Derka

  

"Mis abuelos se conocieron en Sáenz Peña, vinieron con lo puesto. Lo único que sé que trajo  mi abuela es una especie de balalaika-laúd, ya que la familia Vonka era una familia de músicos, de hecho luego formaron la Orquesta Vonka.  Lo que más recuerdo de ella es que cocinó toda su vida para nosotros, cada sábado la comida checa era para reunir a la familia al mediodía. Así aprendimos a quererla y seguimos comiendo y compartiendo esos momentos con cariño, nostalgia y placer” (Diana Derka).

Checoeslovacos en Presidencia R.Sáenz Peña

Texto y fotos de: G. Elizabeth Bergallo

 Quienes hemos vivido en Pcia. Roque Sáenz Peña, una localidad que se caracteriza por la diversidad de inmigrantes, hemos tenido la posibilidad de compartir muchas de las costumbres que se comentan en esta nota. El tener amigos checoeslovacos fue la puerta abierta para probar los alimentos en mesas siempre ampliadas en afecto, sabores y saberes que luego, al tener la oportunidad de relacionar historias, lugares, gestos y significados, adquieren un sentido mucho más intenso de comprensión y agradecimiento. En homenaje a ellos, va este hilado de testimonios, como los que seguirán, respecto a otros grupos locales e inmigrantes que fueron estableciendo lazos entre ellos,  con el sencillo deseo de que este entretejido de historias y memorias nos acerque en el camino común de los sentimientos, valores y sueños más justos y profundos que sostuvieron nuestros abuelos.



La comunidad checoeslovaca de la ciudad de Presidencia Roque Sáenz Peña comenzó a formarse desde que arribaron las dos primeros inmigrantes: Juan Novotny y Pedro Šašvata en 1913, cuando la fundación de la ciudad era todavía incipiente. Entre los años 1920 y 1930 llegaron más de cuarenta familias. Hoy se estima una población en la provincia de cinco mil personas y, aunque la mayoría está asentada en esta ciudad, el resto se distribuye en Tres Isletas, Las Breñas, Villa Berthet, La Clotilde, La Tigra y Resistencia. En tal corriente inmigratoria se radicaron también  en Buenos Aires, Santa Fe, Mendoza. La mayoría intentaba sobrevivir a la guerra y en algunos casos a las persecuciones religiosas. Es una de las comunidades más numerosas de inmigrantes checoeslovacos, no sólo del Chaco sino de América Latina, con la  particularidad de que gran parte proviene de la misma ciudad de origen: Velké Bilovice (ubicada al sur de Moravia).  


 Vinculados desde el año 1917 a la Asociación Nacional Checoeslovaca, en el año 1925 se constituyen como  Sociedad Checoeslocava Slavia de Socorros Mutuos, y luego como Unión Checoeslovaca, Social, Cultural y Deportiva. El Slavia era y es un lugar donde no sólo se realizaban actividades socioculturales, sino también un lugar de alojamiento de miembros de la colectividad. 

Gran parte de los colonos checoeslovacos se dedicaron a la actividad algodonera a partir de la iniciativa de Šašvata y Novotny en 1913, el primero había experimentado su cultivo en Estados Unidos. En el año 1925, junto a pobladores de otras colectividades, integraron la primera Cooperativa Agrícola. En el año 1937 fundan la Cooperativa Agropecuaria La Unión,  conocida como Cooperativa Checa, la cual no interrumpió sus actividades hasta el presente[1]
El trabajo en el algodonal.


 Karol y Katherina, abuelos de Roberto Satina,
quien cedió las fotos,
en Colonia La Mascota, Napenay.

La literatura, la música, el teatro, la danza, la actividad deportiva de los checoeslovacos  incidieron en la vida social y cultural de la zona. El video “Checos del Chaco” de Diana Derka y Diego Glikman es una bella síntesis en relatos, imágenes y sonidos de los momentos más importantes de la vida de la comunidad. En el Museo de la colectividad se preservan más de dos mil libros del siglo XIX y comienzos del XX traídos en la inmigración. Francisco Vonka comentaba que luego de la invasión soviética se impuso el idioma y la cultura colonial y enorme cantidad de libros checoeslovacos fueron quemados. Algunos ejemplares únicos se conservan como tesoros en el Museo de Sáenz Peña. “Ellos gustaban mucho de la lectura… leían con una vela, con un candil noches enteras. La gente común era habitualmente muy lectora…”.

Originalmente se hacía teatro en el campo, aunque según Blanca Cesal, en 1927 se comenzó a construir un escenario de teatro en el interior y exterior del edificio de la Unión Checoeslovaca. Hoy continúa siendo una de las actividades centrales de la comunidad. Los clubes Sokol y Morava dieron cuenta de sus habilidades deportivas, como asimismo las medallas nacionales obtenidas por algunos de sus miembros. La primera Clínica Mutual, que duró un breve tiempo, fue obra de la colectividad. 
 La sala de de teatro fue creada en 1932,
 en los primeros tiempos se hacía teatro en el campo. 




Público asistente a una obra de teatro 
en el Salón Slavia (1936)


Actividades deportivas en el Club Sokol
La Banda de música Checa integrada por Juan, Luis, José 
y Florian Verbik, Miguel y Esteban Kašnik, Juan Pavliček,  José y 
Francisco Vonka, Francisco Barnet, José Minaček,  Juan Mañak, 
Miloš Horak, José Šuster y José Janik. Fue la primera 
en ejecutar en la ciudad el Himno Nacional Argentino.
Historia de la Colonización
 Checoeslovaca en el Chaco 
Argentino. Libro publicado 
en 1937 en P. R. Sénz Peña.
Las Repúblicas Checa y Eslovaca se dividieron políticamente en el año 1.993, pero en Pcia. Roque Sáenz Peña continuaron integrando una misma comunidad que se refleja institucionalmente en la diversidad de actividades que desarrolló históricamente la hoy denominada Unión Checoeslovaca: Cultural, Social y Deportiva, actualmente dirigida por María Pitra de Novotny, descendiente de uno de los dos primeros inmigrantes checos en Chaco. Allí actualmente funciona un Museo, la sala de teatro, y otras dependencias donde se realizan actividades sociales, artísticas y educativas, y también celebraciones, fiestas de cumpleaños, conmemoraciones.  “Los comienzos de checos y eslovacos fueron muy duros, algunos formaron familias entre ellos, hoy es imposible separarnos, por eso sigue llamándose Unión Checoeslovaca la colectividad”.

Desde el año 1937 en ese mismo edificio funcionó un pensionado y en 1931 una Escuela que comenzó con clases en idioma checo y desde 1935 fue bilingüe, especialmente destinada a los hijos de inmigrantes que vivían en el campo. En esa escuela se enseñaba también cocina, costura y bordado, actividades que incluían a otros vecinos de la ciudad. Luego pasó a ser Escuela Primaria Nacional. La prohibición del uso del idioma en programas de radio, en las celebraciones religiosas o en las escuelas fue muy dura tanto para los checoeslovacos como para otras colectividades cuyos idiomas de origen no eran el castellano.  (Fotos 6, 7, 8 y 9).

Imágenes de parte del patrimonio del Museo Jan Osyčka 



Uno de los libros más antiguos.
La Biblioteca  del Museo contiene más de dos mil libros 
del siglo XIX y primeras décadas del XX. Algunos de ellos
 son verdaderos tesoros, ya que enorme cantidad de libros
 fueron destruidos luego de la  invasión soviética donde 
se impuso el idioma y la cultura colonial.


Elementos que forman parte del patrimonio 
del Museo Jan Osyčka





Instrumentos de labranza
Un clásico de la música 
checoeslovaca.

Una historia de vida


Helena Hrubinka de Barina nació en Mukacevo. En el año 1937, cuando tenía dos años, llegó a la Argentina junto a su madre Juliana Bumbak y hermanos mellizos María e Iván,  alejándose de la guerra por la cual perdió a sus abuelos. Su padre, Iván Hrubinka, había sido el primero de la familia en inmigrar.

“El viaje duró 28 días... tengo una imagen como un sueño… llegamos a un galpón muy grande, en Buenos Aires, el edificio de migraciones, sentados todos en baúles, en los duchni[2] que trajeron de Europa. Y mi papá venía… me parece que lo veo. Había camas allí, se hacían fiestas, allí los casaron a mis padres antes de partir al interior. Tengo ese recuerdo como una película”.

 “Mi mamá tenía una valijita especial que guardaba, no quería perderla, la cuidaba, allí estaban sus recuerdos más queridos. Trajeron muchas cosas bordadas. Mi abuela hizo para mi mamá y para nosotras una toalla bordada (ruchnik).  Mi madre las guardaba como un tesoro. En las aldeas aún hoy las abuelas que tienen 90 años siguen bordando, no cambiaron nunca esas costumbres”.

De Buenos Aires pasaron a Rosario y en el año 1941 toda la familia se trasladó a Pcia. Roque Sáenz Peña. Trabajaron en la colonia, como cosecheros, en el campo de otra familia checa de apellido Vañek. “En el mismo año mi padre compró un campito de siete hectáreas, hicieron un ranchito de barro, sembraron un poco de algodón e hicieron una quinta con verduras. A las once de la mañana levantaban una bandera blanca, que quería decir que vengamos a la casa, y comíamos y nos lavábamos e íbamos a 7 km, a la Escuela”.

Comenta María Pitra de Novotny que era muy común el apoyo de la colectividad a los nuevos inmigrantes. Uno o dos años trabajaban como peones, pero luego los ayudaban a sembrar, les daban durante un tiempo mercadería gratis. A los 9 años Helena ingresa a la Escuela Checa, los niños de la colonia no hablaban el castellano, la Escuela Checa se ocupaba de enseñar ambos idiomas, además de otras actividades vinculadas con las tradiciones culturales.

El 4 de julio de 1959, “el Día de la Cooperación”, Helena y Valerio Barina se casaron y tuvieron dos hijos. Helena habla fluidamente el checo, integra el grupo de teatro checo, y es asidua participante en todas las actividades de la colectividad. Hace poco tiempo fue distinguida como referente de la colectividad checa.

Conmemoraciones y celebraciones
Casi todas las conmemoraciones o festividades del territorio de origen se siguen celebrando, y en esas celebraciones se preparan los típicos alimentos checoeslovacos.

Conmemoración de los misioneros Cirilo y Metodio (5 de julio), patronos religiosos, quienes llevaron el Evangelio en idioma eslavo a la región que ocupaba Checoeslovaquia “Lucharon por la libertad de la religión”, dice María, cuando todavía eran parte del Reino de la Gran Moravia.

Independencia de Checoeslovaquia (28 de octubre), se recuerda a dos próceres: Tomás G. Masaryk (checo) y Milán Stefanik (eslovaco). Un hermano de este último vivió en P. R. Sáenz Peña.

Fiesta de Mikulas (6 de diciembre). Se dice que era un obispo cristiano que hacía regalos a los pobres. El día 5 a la noche los niños ubican sus zapatos en algún lugar de la casa y a la mañana siguiente aparecen los regalos. Es una festividad para los niños, parecida a la de los Reyes Magos afirma Helena, se hacen galletitas especiales y serenatas en las aldeas.

Fiesta de San Esteban (25 de diciembre). Tradicionalmente se reunían en la casa de una de las familias, y comían una preparación de aves o pescado con ensaladas y luego masitas de todas las variedades: de miel, nueces, amapolas denominadas "perníky" (perñìqui). El 24 salían los niños y recorrían la colonia entonando cantos navideños Koledy, y los vecinos les entregaban regalos. 

     Baile de San Silvestre (31 de diciembre).      
Eran tradicionales las Kermeses, y Ferias de Platos en distintos momentos del año.
Foto 32 “Tradicionalmente, en la colonia, la fiesta de casamiento se preparaba con una semana de anticipación.  Se reunían en la casa de la novia para elaborar las comidas. Los familiares y vecinos participaban. A medianoche sentaban a los novios en una silla y una persona mayor le sacaba el velo y le ataba un pañuelo, era un momento muy emocionante. Las mujeres casadas usaban pañuelos, las mujeres viejitas todavía los usan”.


Las tradiciones alimentarias de la comunidad checoeslovaca

Helena Hrubinka y María Pitra relatan como se alimentaban las familias en sus aldeas de origen:
“Todos cultivaban o criaban animales para la alimentación diaria, o intercambiaban. Se consumían legumbres, cereales, verduras, papas, alimentos elaborados con harina, y carnes de cerdo, gansos o patos. La vida era en comunidad y todos ayudaban. Seis meses al año hacía frío, un metro y medio de nieve, se sembraba el trigo antes de la helada y luego cuando la nieve se iba derritiendo brotaba el trigo. En ese tiempo las mujeres cosían, hacían bordados, cocinaban, hacían los duchnas, los hombres sacaban lo que pincha de la pluma. Los hombres también trillaban el trigo con la hoz y se acostumbraba a que venía una familia a ayudar y luego todos iban a la casa de otro vecino, y así… mucha solidaridad, esas mismas costumbres mantuvieron aquí, en las colonias” (H. R.).

 “Por la diferencia de climas la alimentación se fue adaptando…, aquí no abundaban los nogales como allá que crecían en las veredas, o las vides y frutales, pero también fuimos incorporando la carne vacuna en la alimentación diaria (M. P.).

 Luego de la guerra hicieron aldeas en distintos países, por lo que fueron incorporando otros elementos culturales. Pero a pesar de estar influida la gastronomía checoeslovaca por los países vecinos como Hungría, Austria, Alemania, hay características que son propias de la cocina tradicional checoeslovaca, la preparación de masas con levadura por ejemplo. La levadura se hacía con semillitas de lúpulo y éste era uno de sus cultivos más importantes.

Quienes mantienen la tradición elaboran todo artesanalmente. La manteca, por ejemplo, se elaboraba a partir del batido de la crema de leche y se  colocaba en frascos. Antiguamente,  cuando no había energía eléctrica, la sumergían en un pozo, en un canasto de alambre, como lo hacían  con otros alimentos o bebidas que deseaban  preservar o enfriar. Para conservar carne, quesos, chorizos, se hacía una cimbra con el tejido para mosquitos, así se colgaba, se aireaba y duraba más.

“Yo sé que había familias que trajeron bolsitas de semillas secas, y también trajeron  la levadura. Mi mamá- dice Helena Hrubinka- trajo un bollo de levadura preparado para el pan, se le agregaba harina de maíz y se lo dejaba secar.  Eso hacía que se conserve y los bichos no se le acercaban. Dos veces por semana se hacía la preparación.. A la noche se lo rompía y disolvía en agua para leudar el nuevo pan. Originalmente se hacía la levadura con la semillita del lúpulo”.

Lo más representativo de la cocina checoeslovaca es el vepřo-knedlo-zelo (carne de cerdo al horno con una crema de repollo) que se acompaña con unos bollos hervidos knedle. Son típicos los embutidos Uzený maso, los chorizos ahumados klobásky, elaborados con carne de cerdo párky. La llamada krakovská es un embutido ahumado tipo salchichón.  Es posible conseguirlos actualmente en la Cooperativa La Unión. El pan de centeno es el acompañante natural en las comidas.  

Los condimentos más usuales son el eneldo (kópr), el clavo de olor (hřebíček), ambos excelentes conservantes, el comino en grano (kmin celý) , una raíz denominada křen, semillas de amapola, entre otros. 

Entre los platos dulces son clásicos los bollos buchtykoláče y arrollados závin, ambos con masa de levadura, rellenos con ricota, manzanas, amapola o mermeladas. Tienen diferentes nombres según las regiones. También el tradicional "strudel" arrollado con manzanas y nueces que en checo se denomina jablečný závin.

Es una de las zonas donde existe mayor consumo de cerveza (pivo), por el cultivo del lúpulo.  Otra bebida característica es la Slivovice, que también se consume en otros países de la región, elaborado a base de ciruela, o el Becherovka, licor de hierbas muy aromático. Las comidas suelen finalizar con el café káva, o té caj.


Objetos de la tradición culinaria que se encuentran en el Museo de la Colectividad 




Libro de cocina checa del año 1928
 perteneciente a Francisco Vonka


Cocina checa (Museo de la Colectividad)



Cocina checa. Croquis de Francisco Vonka


 Panera checoeslovaca, perteneció a María Dučka de Derka


Molinillo de especias


Polev-ková misa (sopera), año 1935


Pekař, perteneció a Antonia Lapacě, se ocupaba
para el arroz con leche y preparados de carnes


Instrumento para elaborar manteca.


Especieros de cerámica.


[1] Datos puntuales sobre la historia fueron facilitados por  la Arq. Blanca Cesal, extraídos del libro de cuya traducción y ampliación es responsable: "Memorial de la Colonia Checoeslovaca en el Chaco Argentino” (1937), editado en conmemoración del XXV Aniversario de la fundación de la ciudad de Presidencia Roque Sáenz Peña y “como expresión de agradecimiento de los ciudadanos checoeslovacos residentes en esta región al pueblo argentino”. La compilación fue realizada por Carlos Kazimour, redactor del periódico "Venkov Cakensky" (Campo Chaqueño), que editó el libro.     

[2] Acolchados que se realizan con relleno de plumas de ganso. Se lo denomina también perrina (plumón).




Fuentes:
-Carlos Kazimour: "Memorial de la Colonia Checoeslovaca en el Chaco Argentino” (1937), Editor "Venkov Cakensky" (Campo Chaqueño).
-Videos: “Checos del Chaco”, y “Una dama en bicicleta” (Juanita Calaba), realizados por Diana Derka, Teófilo Derka y Diego Glikman.
-Folletos y fotografías de la colectividad  www.unionchecoslovaca.org


Agradecimientos:
a María Pitra de Novotny, Blanca Cesal, Helena Hrubinka, Diana y Nora Derka, Francisco Vonka, Elba Estatuet de Derka, por la amabilidad de compartir sus memorias


Introducción


Entre las diferentes formas de memoria colectiva, una de las más persistentes es la memoria alimentaria, en parte por su relación intrínseca con el ambiente y demás dimensiones de la cultura. Los sabores, los olores, los colores, constituyen una ventana que se abre a momentos, historias, significados, símbolos del pasado que se articulan con el presente, y le confieren un nuevo valor y sentido.

   En el Chaco, la cosmovisión tradicional de la población indígena original qom, moqoit, wichi, que relaciona íntima y espiritualmente naturaleza y cultura como nexo vital es fuente de sabiduría, como asimismo la cosmovisión popular estrechamente vinculada a la cosmovisión indígena. En parte de la población la alimentación y otros aspectos de la vida cotidiana estaban, y siguen estando estrechamente vinculados a los ciclos de la naturaleza. A tal cosmovisión se aproxima el paradigma ambiental, que sostiene la defensa de la biodiversidad y diversidad cultural.

   A mediados de la década de 1880, el interior del Chaco era la única zona del territorio argentino que se encontraba ocupado por indígenas. Las corrientes inmigratorias, potenciadas a partir de la sanción de la Ley Avellaneda, se articularon entre otras actividades rurales y urbanas en un principio, a la explotación forestal, a la producción azucarera y especialmente a la algodonera en las primeras décadas del siglo. Inmigrantes de diverso origen se asentaron en el Chaco en un escenario caracterizado por la desigualdad y la diversidad. Muchos de ellos, posiblemente la mayoría, venían expulsados de otros países por procesos de diversa índole: económicos, de conflictos étnicos, de discriminación, desconociendo en muchos casos, ante promesas inciertas, las condiciones de su destino.

   La explotación extensiva del monte, la caña de azúcar, el algodón –sujeta desde un principio al mercado externo, y dependiente de sus fluctuaciones- requirió un creciente número de trabajadores (hacheros, cosecheros) indígenas, inmigrantes, criollos, que finalmente confluyeron desde diferentes lugares , aún de provincias vecinas y de Paraguay.

   En este escenario diverso se produjo una confluencia de lenguas, conocimientos, creencias, cosmovisiones, y también de saberes alimentarios y sabores. Ocurrió en un período de la historia argentina en el que urgía la consolidación de la nación en un escenario montado por el pensamiento liberal. La economía capitalista, la explotación de la naturaleza, el pensamiento positivista racista, la normalización de la educación en torno a la unificación de la lengua y la cultura, afectó a la mayor parte de la población local e inmigrante, anulando la diversidad, marginando las memorias, discriminando los saberes.

   Consideramos necesario contribuir a la valorización de tales memorias y saberes, muchos de los cuales se mixturaron en el encuentro con otros y en otros ambientes diferentes, a partir de este tema transversal y trascendente que es el alimentario.  Con este propósito es nuestra intención –desde la Subsecretaría de Interculturalidad y Plurilingüismo, dependiente del MECCyT- la investigación y publicación periódica de los rituales alimentarios de los diferentes grupos locales e inmigrantes que habitan el Chaco, como una puerta de entrada a otros ingredientes visibles e invisibles, a momentos y elementos significativos de la historia, de la cultura, como un camino más en el reencuentro con la memoria colectiva.

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